viernes, 18 de octubre de 2013

LA EDUCACIÓN QUE QUIERE EL MINISTRO WERT y EL PP

Clase de matemáticas

LA EDUCACIÓN QUE QUIERE EL MINISTRO WERT y EL PP.

Pilarin, la tonta.

“Resultado: pues ningún caramelo y Pilarin es tonta”. Eso, o algo parecido, fue lo que puse en la libreta; y me castigaron. Dos palmetazos  y sin ir a comer a mi casa; por culpa de la tal Pilarin, la niña esa.

Que yo pensé que lo mismo me había equivocado. Pero no; repasé con los dedos, y no. A ver: 2 caramelos que dio a su hermanita, más 1 caramelo que dio a su primito, suman 3 caramelos. Y si tenía 3 caramelos y dio 3 caramelos, pues no le quedó ningún  caramelo a Pilarin; y era más tonta  que Abundio, que vendió el coche para comprar gasolina. Porque si hubiera dado uno a cada uno, le hubiese quedado otro a ella; y eso , pues estaba bien y era lo que había que hacer cuando tú tenía tres caramelos, tu hermanita y tu primito ninguno, y ellos se enteraban  y se lo decían a tu madre, los puñeteros. Pero el problema no decía nada de eso, que a lo mejor es que faltaban datos.

El Ruiz me dijo que lo mismo que Pilarin era diabética (…), y que no podía tomar dulce porque se moriría. Pero se veía que eso no podía ser, porque entonces en el problema pondría: “Un asesino da tres caramelos a una niña diabética  que se llama Pilarin…”

Lo más seguro es que se tratara de una niña abnegada, de esas de las lecturas, que la madre está muy enferma y eso. A lo mejor hasta tenía un paralis  en una pierna, la Pilarin.

Texto del libro “El Florido PENSIL – memoria de la escuela nacionalcatolica” de Andrés Sopeña.

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Clase de RELIGIÓN

LA EDUCACIÓN QUE QUIERE EL MINISTRO WERT y EL PP.

Le temíamos a la clase de catecismo más que a una vara verde. Menos Fernandito y Torrecillas, raro era el que no salía con la cara caliente. Es que no podía ser de otra manera, porque, a ver; Dios es nuestro Padre, que está en el Cielo, ¿no? Y estaba bien: lo decías, y te librabas. Pero después don Simón te preguntaba: “¿Dónde está Dios nuestro padre?” y tú: “pues, en el Cielo”. Y ¡Plas! Tortazo. Que ya no estaba allí, hombre; que ahora era  “En todo lugar, por esencia, presencia y potencia”, fíjate. Y, de nuevo: “¿Por qué decís que está en los cielos?” y tú: “ No, si ya no lo digo; es que me he equivocado” y ¡Plas!, otra vez, que había vuelto: “Porque en ellos se manifiesta más particularmente su gloria”, aclaraba Fernandito.

Como en los dioses, que no me lo había estudiado, pero que lo saqué por matemáticas:

P: ¿El padre es Dios? – le preguntaron a Fernandito, que seguro sabia del padre de quien hablaban….
R.: Si, padre, el padre es Dios – para mí, primera noticia.
P-: ¿El hijo es Dios? – ésta era para Torrecillas –
R.: Si, padre, el Hijo es Dios
P.: ¿El espíritu Santo es Dios?
R.: Si, padre; el espíritu Santo es Dios – respondió Ruiz, que ya le había cogido el truco a aquello.
P.:¿Son, por ventura, tres dioses?
- Tres, exactamente – respondí yo, que había llevado la cuenta. ¡Y me dio una torta!
(….)
P.: ¿Veis que sea Dios trino y uno, o cómo es Cristo Dios y hombre?
R.: No; pero créelo más que si lo viese

Después de contemplar el guantazo que me había llevado, el Sánchez Peinado creía ya hasta en que las vacas volaran, si menester fuera.

Texto del libro “El Florido PENSIL – memoria de la escuela nacionalcatolica” de Andrés Sopeña.
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OTRA CLASE  de matemáticas (Adolfo y Emilio)

LA EDUCACIÓN QUE QUIERE EL MINISTRO WERT y EL PP.

Adolfo  y Emilio también me cayeron gordos enseguida. Fue por lo del 73
Ejercicio 73. Tomar muchas piedrecitas y con ellas formar montones de 1, 2, 3 o más decenas.

Y a mí, pues me parecía una tontería muy grande. No me iba a tirar toda la tarde cogiendo piedrecitas, en vez de jugar. Y luego, los amigos:
^¿Qué haces?
^ Aquí, con las piedras,
^¿por qué?
^Son decenas
No veas el cachondeo. Y a pique de que me pusieran “el decenas” o el “piedras” para el resto de mis días.
Y a mi casa tampoco podía ir. Los bolsillos y la cartera llenos de piedras, menuda se iba a poner mi madre:
^ Dios mío cómo me viene!!! ¿pero que traes ahí?
^ Piedras
^¿Piedras? ¡Este niño no está bien de la cabeza! ¿Tú quieres acabar conmigo? ¿Es que no se te va a ocurrir nunca nada bueno?
^Son deberes. Tengo que contarlas
^ ¡ Tonta! ¡Encima me tomas por tonta! Anda, tira para la calle y suelta esa porquería…¡ Que purgatorio de chiquillo!

Y, por una vez, mi madre habría tenido razón.
Pero Adolfo y Emilio, a lo que parece no tenían amigos o eran huérfanos
Problema 82.- “Adolfo tenía muchas piedrecitas y las fue disponiendo en grupos de diez. Habiendo resultado 4 grupos ¿Cuántas tenia?

  Problema 84.- “Emilio dispuso sus piedrecitas en grupos de 10 resultaron 3 grupos y sobraron 7 piedrecitas ¿Cuántas tenia?

Yo puse 40 uno y 37 el otro; ya ves tú la tontería, que no tardé ni media hora en resolverlos. Astutamente, me callé que me parecían unos pánfilos y no me castigaron. Pero la cosa, la veía venir, se podía poner mucho peor cuando llegáramos a las centenas y los millares; no veas “Recoge muchas piedrecitas y agrúpalas en montañas de mil …”

El maestro decía que el saber no ocupa lugar, y que todo lo que estudiáramos ahora nos seria de utilidad el día de mañana, cuando fuésemos hombres de provecho. Pero yo comenté en casa que de mayor nunca seria contador de piedras, y a todos les pareció bien.

Texto del libro “El Florido PENSIL – memoria de la escuela nacionalcatolica” de Andrés Sopeña.